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y diligentes en aprovecharnos de “sus gracias para adquirir vritudes y practicar obras meritorias de vi- da eterna: antes al contrario, la pereza unas veces, las malas incli- naciones otras,y las tentaciones de nuestros enemigos,nos inducen,con harta frecuencia, á malversar los dones de Dios y á descuidárnos de nuertro aprovechamiento espiri- tual. Y así, en vez de virtudes, ad: quirimos malos hábitos; y en vez de buenas obras, cometemos pe cados y nos desviamos lastimosa- miente del recto sendero de la jus- ticia. Es esto parecido á las quie bras que experimentan los comer- ciantes en sus negocios. Por lo mismo, debemos al fin de cada año verificar un tanteo espiritual que ponga de manifiesto el estado de nuestra conciencia y nuestros