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- 270 vengar todas las ofensas que se hacen contra Él. Podrá Dios á ve- ces no hacer ostensible el rigor de su justicia: pero no por eso deja de castigar secretamente esas fal tas que le son tan odiosas. Y así, razón tenemos para sospechar si muchos de los contratiempos que nos suceden en la vida, son una justa expiación impuesta por Dios á la muchedumbre de nuestras fal tas veniales. Estos contratiempos que en las almas justas son mera: mente una prueba de Dios, y un ejercicio saludable de paciencia, para las almas imperfectas y para los habituados á cometer pecados veniales, pueden ser un rigoroso, pero muy justo castigo. Los juicios de Dios son muy ocultos y secretos, por lo cual con- viene que andemos siempre posel:
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