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— 203 — muerte de setenta mil de sus va: sallos; Oza muerto de repente por haber tocado el arca no siendo sacerdote; los cuarenta niños que se burlaron del profeta Eliseo de- vorados por los osos;estos y otros muchos ejemplos que refiere la Escritura son un testimonio evi: dente del odio y aborrecimiento que Dios tiene á las culpas venia- les. Los teólogos enseñan comun- mente que estas faltas, aparte de la sustracción de los auxilos celes- tiales, son castigadas por Dios en esta vida con calamidades tempo- rales; con dolores, enfermedades y hasta con la misma muerte. De donde se deduce que el pecado venial debe encerrar un grado de malicía que lastimosamente se oculta á nuestra inconsideración y poco espíritu: no debe ser tan in