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—_32 y yy que se halla ahogándose ó en otro grave pellgro: ¿Con qué interés pide el enfermo la medicina, cuan- 3 y 1 G4e Su do ha conocido la gravedac mal? ¿Con qué humildad y perse- verancia mendiga el pobre la li- mosma que ha de remediar sus necesidades? Pues con más ardor clamará a Dios el que medite el inminente riesgo que corre de perderse: con más interés pedirá el auxilio del cielo, el que reflexio ne en su propia debilidad y- fla- queza: con mayor constancia lla. mará á las puertas de la miseri- cordia de Dios, el que por medio de la meditación llegue á descu brir su extremada pobreza. Cuan do S. Pedro comenzó á hundirse en el mar, lleno de espanto excla- mó: «Señor, sálvame.» Así que los discipulos se persuadieron del

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