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tá para todos abierta esta piscina saludable; - en todo tiempo está preparado este lavatorio celestial; en toda ocasión de la vida está dispuesto este Padre amoroso á recibir ad los hijos pródigos que vuelven a su casa y se postran á los piesde sus ministros. Basta que ellos manifiesten sus extravíos con sincero arrepentimiento, para que puedan escuchar las palabras que les absuelven de todos ellos. ¡Oh bondad infinita de Dios! Para obtener en la tierra: el perdón de nuestros semejantes, es necesario buscar recomendaciones, poner empeños y algunas veces, ni aun con esto se alcanza lo que se de desea; pero para volver á la amis: tad de Dios, basta quererlo y ha- cer una buena confesión. Para re cuperar las riquezas, una vez que