BCCPAM000536-7-32000000000000

— 103 La misericordia de Dios es un abismo tan insondable, que nadie ha llegado á tocar su suelo; es un mar tan inmenso, que ninguno ha podido vadear; por eso, sus bondades superan siempre á nues- tras esperanzas y van más allá de nuestros mayores deseos Sin duda, gran merced nos hizo Dios con darnos el ser natural y poner todas las criaturas inferio res á nuestro servicio; mucho nos distinguió destinando á los ánge- les para nuestra defensa; pero ni con esto quedó agotada su inf nita liberalidad, sino que, además, quiso El mismo en persona em- plearse en nuestro prox echo. Fi neza es ésta que excede toda pon- deración. Que un monarca favorezca á sus vasallos, que remedie su po- 13

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz