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OE Además de lo dicho, Dios es para nosotros principio, medio y fin, sin el cual nada podemos co- menzar, ni-proseguir, ni terminar debidamente ¿Cómo no derretirse el corazón en amor de un objeto para nosotros tan esencial y ne- cesario? Las plantas aman á sw modo á la tierra, por serles ésta tan indispensable para vegetar; el arroyo ama á su manera la fuente de donde toma sus aguas; también el rayo ama estar unido al foco de donde procede y las ra l ' : las sostiene, y mas al tronco que cada una de las criaturas natural mente quiere la causa que la pro- dujo y la sustenta. ¿Cómo, pues, no amamos con el más entraña ble afecto al que es nuestra causa 1 e, 1 suprema, el origen de todos nues tros bienes,y en quien y por quien o o 4 l |

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