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—165— go, de la mayor parte de éstos no recibe en retorno más que ingra- titud, indiferencia y frialdad. Así se lo manifestó á su sierva la Bea. ta Margarita de Alacoque con es tas palabras: «He aquí mi Cora- zón que tanto ha amado á los hombres, que no ha omitido nada hasta agotarse y consumirse por su amor; y en reconocimieto no recibe de la mayor parte, sino in. gratitudes, por los desprecios que tienen para mí en este Sacramen- to de mi amor. Tengo una sed ardiente por ser amado de los hombres en el Santísimo Sacra- mento, y no encuentro casi ningu- no que se esfuerce en refrigerar- me, correspondiendo á este mi deseo.» ¡Oh dureza é insensibilidad in- comprensible! ¡oh conducta mons-