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—161— naturaleza humana del Redentor, y el altar donde continuamente se sacrifica por nuestro amor con la llama inextinguible de su ardentí- sima caridad. Es el corazón el órgano princi- pal por donde el alma ejerce sus funciones vitales más delicadas: por lo que suele decirse que el co- razón es el hombre entero, consi- derado en lo que tiene de más ex- celente; porque allí se fraguan así las buenas como las malas accio- nes. Siendo, pues, tal la impor- tancia del corazón, fácil es com prender el motivo poderoso que existe para afirmar que el Cora- ¿ón de Jesús es lo más adorable en su adorable humanidad, y lo más divino é inefable en su divi- nísimo y adorabilísimo cuerpo. M