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a nuestra eterna predest lación loún areumen- 5 EN quisiéramos tener a to que nos olreciese alguna segu ridad y confianza en asunto de tanta trascendencia.Pues bien, en- señan comunmente los doctores que la señal más cierta d e predes tinación á la. gloria es el amor constante y la devoción fervorosa á María Santísima. Amémosla,pues, con todo nues- tro corazón: seamos solícitos en obsequiarla: consagremos nuestro ingenio y esfuerzo en hacerla amar por los demás: perseveremos en su amor y en la imitación de sus virtudes y con esto poseere- mos el indicio más cierto que puede tenerse en este mundo de ser del dichoso número de los ele- gidos: estemos seguros que si Ma- ra ruega por nosotros y nos tien-