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a PU que San Agustín se atreve á lla. marla rostro de Dios: y con razón. porque en María Santísima. como en espejo clarísimo, reverberan, mejor que en todas las d -más obras de Dios, los atributos divi- nos. Según «esto ¿cómo no ha de querer que amemos á María? Dios que desea ser bendecido por to- das las obras que produjo su di. vina ( Jmnipotencia: El que inspiró el cántico los salmos al Profeta y del Benedicite á los “tres mance- bos del horno de Babilonia, para que le alabásemos por todas sus obras; por el sol y por la luna, por las estrellas y el firmamento, por los montes y por los valles, por los ríos y por las fuentes, por la mar y por la tierra, por los ár- boles y por los animales, por los