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AxNo 1784 Y después ser más difuso de lo que pensaba; el méto- do común es después de una breve introducción, tratar del misterioó virtud que corresponde al día, historiando los principales hechos, y luego la mora- lidad al pueblo, que como todo lleva sus divisiones, se hace inevitable alguna prolijidad. Agradezco á V. P. mío, la expresión de los días de mi santo, y no dudo haría especial mención de este mal hijo en el santo sacrificio por mi necesaria reforma: Dios se lo pague á V. Ya había sabido el Obispado del señor Plaza y algo del veneno que se dice haberse dado á nuestro Santísimo Padre; pero no!as conclusiones en Roma sobre el influjo de los Emperadores en la elección elos Papas. ¡Dios nos favorezca, pues de no, es te de los Papas ¡Diosnos f orezca, pues de 1 t mible un cisma! (1) Al Sr. Ferrer hnbe de escribir segunda vez, junto con el Sr. Arzobispo de Sevilla, persuadiéndole era tentación ó engaño del enemigo (1) Indudablemente el Beato se refiere á la actitud inco- rreccta de Luis XVI en cuyo reinado, en menos de nueve años, se aniquilaron nueve Congregaciones, dando á sus bie- nes tal destino, que el Papa Pio VI hubo de manifestar su desagrado, Más que á éste debe aludir al bueno de Fernando IV de Nápoles que sin autorización del Papa, redujo varios Obis- pados á uno y suprimió setenta y ocho monasterios en Sici lia. Amenazó al Papa con un Concilio Nacional y con el en vio «e tropas á Benevento y Popte Corvo y Estados Pontifi cios del reino de Nápoles; abolió la Inquisición y confirió su propia autoridad al A rzobispo de Nápoles. Por Decreto de veinte y ocho de Febrero de 1784 mandó á los Obispos que concediesen dispensas, y á tal grado lle- garon las cosas que el Obispo de Motula $e firmó Obispo por la gracia del rey en vez de obispo por la gracia dela Santa Sede. Con razón temía el Beato un cisma, pues el per- verso Voltaire soplaba el aire de la discordia que era un gusto, avivando las pasiones de Federico Il, de D'Alember y de otros cínicos de aquel tiempo calamitoso. Por aquí se vé que la manía de perseguir á las Ordenes religiosas, es ya muy antigua y muy tonta también, Las OQr-