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EN GR hit cs RS | | | | Sa 544 CARTAS DEL BraTo DrEGO V. por más que lohe deseado, porque la predica- ción y otras ocurrencias de igual naturaleza lo han impedido. Ahora que en esta semana me dan algu- nas treguas los Sres., aprovecho la ocasión para de- cir á V. lo ocurrido. Las noticias que llegaron aquí de los estragos que hacia en Cádiz el contagio, y que ya había saltado á Sevilla en su barrio de Tria- na, movieron á estas gentes para que sus dos cabil- dos con el cuerpo de Maestranza dispusiesen fun- ciones*de rogativas, procesión, «. en las que de ¡os tres sermones que se predicaron, me encomendaron el primero y el último. Prediqué el primero con el fervor que Dios me concedió; asistí al segundo, cu- ya oportuuidad me llenó de admiración y de confu- sión. Me recogí á dormir la siesta como fuera de mí y habiéndome quedado dormido, se me representó hallarme en una sala bastante espaciosa, y en ella en el aire una araña negra del tamaño de media nuez en toda su extengión, la que se paseaba por los hilos que había tejido por toda aquella estancia, que- dando solo libre el sitio 6 rincón donde yo me ha- llaba. Apenas se me hizo esto presente, cuando ad- vertí que otraaraña deiguales circunstancias, aunque algo mayor, embistió á la primera con furia tan te- rrible, que á pesar de alguna resistencia que hizo, se dejó vencer de ella, sin poder advertir de ella, como ni de donde vino allí: En la ocasión misma de su horrorosa pugna, durante la cual permanecía yo en pié en un rincón, noté que una persona de las de esta familia, pasó por delante de mí de una á otra parte, con mucho miedo y cuidado en aquel espacio que mediaba de mí, á la tela de la primera araña; todo esto fué en breyísimos momentos de tiempo, y desperté lleno de pavor, el que se renueva con el re- cuerdo de lo referido. Clamé á Dios en mi interior, pidiéndole su misericordia y que me perdonase. Pro-