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Año 1800 533 aquella conventualidad, y conocidos por V. los tuvo por justos y suficientes. Le expuse asímismo que á pesar de conocer con evidencia la voluntad contraria de mis prelados por la imposibilidad verdadera que s2 nos presenta- ba, estaba dispuesto mi ánimo á lo que V. me man- dase hacer. No obstante esto me mandó V. tratarlo con el M. R. P. Provincial que entonces era y ven- ciendo no pequeños reparos : y dificultades, le pedí su licencia y la conseguí, después de repetidas sú- plicas, para ir, como fuí á Cádiz, con solo este obje- to. La respuesta negativa del prelado y su mandato de volverme á continuar, «., se la avisé á V. en- tonces. Poco tiempo después me repitió V. el mismo encargo ó mandato, y para obedecerle hice segundo viaje á Cádiz en el año pasado en circunstancias bien críticas y cun algún disgusto del Padre, y su respuesta fué imponerme perpétuo silencio en el asunto y mandarme con toda su autoridad que con tinuase como me tenía ordenado y que permane- ciese aquí en la ocupación que me tenía ordenada, etc., etc., vtc., que atendiese-al ministerio que Dios y mis prelados me empleaban. No satisfecho V,, al parecer, con esto luego que vino á esta Provincia mi Rmo, P. General, repitió V. el mandato ó en- cargo de que por vía de consulta, le hablase de esto; y aunque no me olvidé del precepto de mi Reve- rendo P. Provincial, obedecí á V. y no tuve más respuesta de la que entonces le avisé, Me acuerdo que V. mismo me tiene asegurado ó declarado lo que en estos puntos corresponde á los prelados, y noá los directores, y habiendo yo suplicadoá V., creo que con repetición, que se dig- ne darme las instrucciones que debo observar para proporcionarme á la contemplación en los términos