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492 CARTAS DEL Beato DirGO0 otro más angosto que será cerca de una mano 6 de 4 dedos: mas haré lo que V. me diga. El interior sigue en su habitual disipación y obscuridad. No sé hasta dónde ha de llegar la pa- ciencia de Dios conmigo. A pesar de tanto, voy res. pondiéndo á cuanto me propone este Señor Preben. dado de Sigiienza, que aun sigue aquí y me parece que ya quedando satisfecho; por lo menos así lo manifiesta. No sucede así con las apuntaciones de los sermo- nes á los protestantes; ni con Ja carta Pastoral que dijeá V. porque uno y otro queda sin concluir y aun en menos de la mitad. Tal ha sido mi obscuri- dad para trabajarlas y el conjunto de cosas que han ocurrido que no he podido acabar este trabajo. Dios me perdone. No es poco lo que labra este en mi interior y lo qne me llena de amargura; porque es al modo de un clayo, fijo siempre en el corazón, en el que ince- santemente punza; á ratos me fatiga mucho. Deseo á V. cumplida salud y toda felicidad, eo- mo á mi venerado abuelo y bendita hermana a quie- nes suplico encarecidamente se empeñen eficazmen- te con su divina Majestad, por el remevio de mi alma y por mis aciertos. Yo sigosin especial novedad, á Dios gracias, aun- que sin faltar los incendios de cabeza. De todas suertes soy de corazón de V. y me re- pito como debo á su obediencia. Déme V. su santa bendición para todo lo dicho y encomiéndeme muy de veras á nuestro Señor á quien ruego guarde su vida muchos años en su divino amor y gracia como lo apetece su afectísimo menor hijo y siervo en nues- tro Sr. Jesucristo Q. $. P. B. Fr. DrrGo José bg CÁDIZ. Mi Ven. P. y Sr. D, Juan J. Alcover.