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Año 1798 487 A su tiempo recibí la muy apreciable de V. de 4 del corriente, con lo que se desvaneció en mucha parte la aflicción en que me hallaba con mis asun- tos pasados. Sea Dios bendito. Después he seguido y sigo empleado en mi tarea de pluma, formando el análisis de los sermones predicados á los protes- tantes, que como asunto prolijo y delicado, me dá bastante que hacer por mi desmedida ignorancia y ninguna facilidad en producirme por escrito; cosa en que cada día me hallo con mayor dificultad. Aun no he concluido el segundo, en que sólo trato de las dos. controversias principales, la justificación y la Eucaristía. Pero me es ya preciso poner purén- tesis á este trabajo, para dedicarme á formar una Pastoral de un Sr. Obispo porque no admite más dilaciones. La repugnancia de la parte animal, lu- cha casi de continuo con la inclinación y el deseo del interior y espiritual y mo sé si alguna vez me rinde; porque con el prete xto de no fatigar dema- siado la cabeza ó el ánimo suelo dejar la pluma al- gunos ratos, ó no violentarme á lo contrario. Dios tenga misericordia de mí El interior sigue no sé como. El recogimiento y soledad es amable y lo observo cuanto puedo. Me es muy Ea pea ei salir de este rincón y que me vean por la calle, á la que sólo salgo en ocasión precisa. La oración es con la sequede 1d y la distrac- ción que siempre. Y á consecuencia de esto es la práctica de las virtudes, de que me hallo distantísi mo. ¡Infeliz de mí que me voy aproxime ando á la muerte, atesorando para entonces las iras del Se- ñor! No obstante, si el amor propio no me engaña, me'parece que la fe de las divinas verdades y la adopción á las doctrinas y modos de pensar de la Santa Sede, se halla más firme y arraigada en mí corazón. Qué sé yo, si diga que daría mi vida por