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Año 1798 477 V. del 11 del pasado que agradecí como todas, y como es justo. Los asuntos que abruman son los que van ocu- rriendo, que como se agregan á los que anteceden, hace más dificil su despacho; y que ni el tiempo ni las facultades alcanzan á darle el pronto expediente que piden. Procuro excusar lo que puedo, pero es raro, ó ninguno del que puedo eximirme. Dios ten- ga misericordia de mí. Tengo dispuesto mi viaje á Jerez para pasado mañana con el fin de hablar á mi P. Provincial, donde me cite, que será en algunos de los dos Puer- tos, ó en la Isla. De allí debo pasar á Ecija á predicar un triduo de jubileo de Cuarenta Horas en una de sus parro- quias. Después no se donde iré, si volveré á Cádiz ó á Jerez á predicar ó si seguiré á Andujar y á Lu- cena, donde ya estamos contraidos. De lo que fuere avisaré á V. cuando pueda. La novena la he predicado con algun fervor in- terior y parece que ha habido algun fruto, con la divina gracia, El asunto ha sido las doce excelencias de nues- tra Señora y la moralidad, sobre su muerte en todas las tardes. En el interior nada ocurre, sigo en los terminos acostumbrados. No sé, si irritando la bondad de Dios, con mi habitual sequedad, disipación y obs- curidad, con grande miedo de la muerte, que me temo anda cerca; mas soy tal que ni aun así trato de prepararme, con el esfuerzo que deseo. Estos- días pasados, antes de la novena estuve con algo de di- sentería y sangre. Dicen que es por irritación del frío; ya estoy mejor y siempre de corazón de V, pa- ra lo que guste mandarme. Déme su santa bendi- ción y sus oraciones mientras que ruego á nuestro