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Año 1797 473 que produje la proposición de V., justamente se ha sentido y me reconviene. Erré, P. mío, porque mi estolidez no permite conocer ni elegir los términos propios con que debo explicarme. Pero V. conocerá en eso mismo que soy una bestia en figura humana y con su prudencia sabrá disimularlo. Mi pensamiento es, en esa proposición, que me creía hallar en V. apoyo ó la conformidad de estar á lo que conocía ser voluntad de mis prelados en esto, y que .hacerlo así no arriesgaba mis aciertos, Agradezco á V. en mi corazón lo que hizo á fa- vor de mi pobre alma el día de mi santo, en que cumplí 40 años de hábito; Dios le remunere á usted tanta caridad como usa con este feo borrón de la humana naturaleza, La prensa en que me tienen sus cartas de V, no es, P. mío, por el asunto de ir á Granada ó á otra parte, me parece que mi voluntad se conserva en la misma indiferencia que siempre he tenido respecto á mi conventualidad. Lo es sí, por lo que me parece dan á entender las expresiones de V.,si no hago aquélla efectiva, que soy engañado del común ene- migo, que pierdo una gracia á que soy llamado, que yo propio me privo de un bien, y otras de que con pocas reflexiones que se haga, tenemos en la santa Teología doctrina para persuadirme que puede re- sultar de aquí mi eterna condenación. ¿A quién no pondrá, P. mío, en prensa todo esto, viendo que lo que se pide no pende de su arbitrio? Bien sabe us- ted Eje que yo, cuánta prensa es para un súbdito que desea obedecer, que se le manda con rigor in- dispensable lo que él ve que no puede hacer, ó hay motivos que no se lo permiten. ¿Cree V. que no es este paso el más duro de mi vida? Ya en la pasada hubo otra, sin comparación * mayor, en tiempo de 60