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Año 1797 467 tro Señor me guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia, como lo desea su afectísimo, menor hijo y siervo en nuestro Señor Jesucris- to Q. 8. P. B. Fr. Drkeeo Josí bx CÁDIZ. A mi venerando abuelo y bendita hermana, mi.- les cosas. : Mi P. y Sr. D. Juan José Alcover + J.M. Y J. Ronda 17 de Octubre del 97. Amadísimo y venerado P. mío en el Señor: éste sea siempre con nosotros. Amén. Su silencio de V. me hace temer que tenga al- guna novedad en su salud; porque parece que es ge- neral la epidemia de calenturas de las que no pocas vienen con mucha malignidad etc. Tengo la con- fianza de que viven las quitadoras, más esto no des- vanece mi cuidado. Dios conceda á V. la salud que le apetezco, según que fuere de su divino agrado. Yo no tengo en la mía novedad particular, á Dios gracias, y hace dos semanas que por orden del mé- dico estoy tomando la leche de burra, pero sin co- nocer con ello progreso alguno. En las cosas del interior no ocurre cosa particu- lar, sigo en la misma inhabilidad para todo que tengo ya anteriormente manifestado. No sé, si se merecerá alguna atención un sueño que tuve días pasados por la noche. Parecíame en él que me halla- ba en una sala cuadrada, no pequeña, puesto de ro- dillas. Frente de mí estaba la Santísima Virgen Ma- ría, nuestra Señora, vestida de blanco, pero tan blanco, que excedía incomparablemente al de por acá: Vestimenta ejus facta sunt alba sícut nix, y esta