BCCPAM000535-7-25000000000000
Año 1797 459 mejor decir, de mi tibieza, indevoción, falta de ri cogimiento, advertía no se que novedad interior que sin conocer lo que era, no podía dudar que era de Dios, y de mucho bien para mi alma. Pasaba aque lla prontamente y volvía á quedarme como antes Siempre que esto ha sucedido, he pensado para mí, quesi yo hubiese continuado fielmente aquel t nor de vida mortificada, recogida, con que empezé, cuando su Majestad me convirtió, y si hubiese emprendido con ánimo constante y geneneroso, la vida espiritual y mística, tendría ó recibiría enton ces una nueva cualidad sobrenatural, que me aproximaría más á Dios y me haría practicar las virtudes en modo más perfecto. Pero de todo care cía, porque de todo me hacía indigno mi mala co rrespondencia ó mi estolidez. Esto me sucedía y lo pensaba aun en tiempo de mi Ven. P. Gonzalez (Q. E. P. D.). Y ¿podré yo prometerme después de tanto, el bien que V. me anuncia? Es verdad que por su infinita bondad, nunca me ha faltado ese deseo, ni la rectitud y pureza de intención, la ver dad del corazón y el temor continuo de mi incostan- cia y de mi reprobación que tengo sobradamente merecida. No ha habido cosa grande ni pequeña, en que haya dejado de temer y de clamar á Dios, uo permita que me pierda. Mas ahora que V. lo dico, no temo. Digo con verdad: Paratus sum, et non sum turbatus ut custodiam mandata tua. Ecce ego; quia vo casti me. Resta sólo hablar del convento á que V. se na inclinado. Estoy cierto que si viniese V. entre nos otros ó penetrase nuestras interioridades, desaproba ría tal elección si fuese mía. (1) a Del contenido de esta carta se deduce « laramente, que el P. Alcover, con manifiesto error, dijo á su santo diri gido que Dios lo llamaba á la vida contemplativa. Ya indi
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz