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efectos; pero veo mi incapacidad para asistirlas y la ninguna luz que para ello tengo, y así me temo á mí y úellas. Haré lo que V. me diga (1). : Estoy predicando la novena de nuestra Divina Pastora (1); son grandes y muy escogidos los concur sos y la predicación terrible y fortísima y no escasa Dios haga que no la adultere yo con mi mala vida Ó con mis ignorancias. No me alcanza el tiempo á más. Me repito de corazón á la obediencia de V. le pi- do su santa bendición Y Sus oraciones y ruego á nuestro Señor me guarde su vida much: s años en su santo amor y gracia. De V.su afectísimo menor hijo, y siervo que más en Dios lo ama y S. P. B. Fr, Dikeo Josk pr CÁbIz. A mi venerado abuelo mil Cosas Mi P. y Sr. D. Juan José Alcover. 1). Este era F. Rafael Antonio de 8, Martin, varón de singular virtud y muy favorecido de Dios. No hay ninguna biografía completa de él; conservamos una carta del Bto. di- rigida á F. Rafuel, fechada el treinta de Septiembre de 1800 que prueba tanto la virtud del discípulo, como la discreción y sabiduría del maestro. 1) El cronista de nuestro « onvento de Sevilla, F. Angel de León, hace un cumplido elogio de estos sermones, do liéndose de que no se publicasen aquellos trabajos dignos del Crisóstomo 6 Agustino por lo profundo de los conceptos y unción evangélica que en todos ellos campeaba. Un sólo sermón de la Pastora hay publicado por el Bto. Diego, lle no de bellísimos pensamientos y dulces coloquios con la ma dre amorosa del buen Pastor: pero él no dió más que los ma teriales; la forma es debida al entonces Guardián del Con vento de Capuchinos de Ecija.