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Pue AR cir 444 CARTAS DEL BEATO DIEGO porque en la salud no me ocurre al presente cosa que me lo impida. Más ni he respondido, ni tampo- co pedido su licencia á mi P. Provincial hasta saber por V. la voluntad de Dios. Actualmente me sucede llenárseme el interior de profundísimas tristezas de sólo pensar esa ó cualesquiera otra predicación en otro pueblo. Mas quién sabe si esto será efecto de mi holgazanería que mira con horror el trabajo. ( )ja- lá que no sea haberme separado su imagen del saxto ministerio por mi indignidad y por mi vida pésima y desconcertada. No obstante ésta, conozco menos dificultad para la oración y menos culpas y defectos en mi trato. Vivo abstraido y retirado cuanto mees posible. En los ratos de la comida, cena ó algún otro en que es preciso estar con la familia me he acos- tumbrado tanto á callar que rara yez se me ofrece que hablar y casi nunca tengo inclinaciones á ello, de suerte que si no les leo algún rato, se puede de- cir que soy insociable, porque no tengo conversa- ción aunque me la dén. Dios tenga misericordia de mí. Al mes próximo de Febrero tendré que ir á Je- rez, Dios mediante, á la profesión de la sobrina, si el tiempo sigue sereno y sin llover como ha empe- zado. Desde el 22 de éste tengo aquí que predicar la novena de nuestra madre de la Paz. Déme V. pa- ra todo su bendición. Reciba V. expresiones de estas nietas que siguen achiacosdas. Delas Y. mías a mi venerado abuelo y bendita hermana: mándeme lo que quiera y enco- miéndeme á nuestro Señor á quien ruego guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia. De V. su afectísimo menor hijo y sieryo que más en N. Señor Jesucristo lo ama y $. P. B. Fr. DreaGo José De CÁDIZ. Mi P. y Sr. D. Juan José Alcover.