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440 CARTAS DEL Bzaro DreEG0 1119 ; A bre mis miedos fundadísimos de mi absoluta inca- ¡ pacidad y experiencia de ella, tengo la justísima ni En prohibición de V. y de mi P. González (Q. E. P. D.) ¿ No obstante me sujetaré á lo: que V. me diga, á pesar de que mi conciencia me dice lo que soy. i Y que soy: Factus sum tamquan vas perditum. 1 el 16 de Agosto do 1766, de muy distinguida prosapia. De 1 notabilísimo ingenio, talento raro, y memoria prodigiosa, | fué uno de los hombres más eruditos de su época. Graduado de maestro en artes en la Universidad de Se- villa cuando sólo contaba diez y siete años, adornados de rarísimas prendas y cuando el mundo le sonreia con un por- venir brillante, lo abandonó todo por seguir á Cristo pobre y mortificado, tomando el hábito de Capuchino á los 23 años de edad. Fué poeta fecundísimo, componiendo varios poémas en latin y en castellano de no escaso mérito. Un tomo en folio imitando á los de Ovidio, explicando la operaciones divinas ad intra y ad extra, la Vida de la Virgen, más de cien décí- mas al misterio de la Inmaculada Concepción y varias otras producciones dan prueba evidente de su poderoso estro, Fué uno delos religiosos más populares de su tiempo, lle- gando á su apogeo en el año 1800 en que brilló como astro explendente por su celo y caridad con los apestados. En hon- ra de María Santísima repartió más de trescientos mil rosarios. i Dios obró por intercesión de estejusto multitud de mila. gros y algunos de bilocación aun después de su muerte. A esto se debe que á pesar de las visitudes de los tiempos, su fama de santidad permanezca flotante sobre la atmósfera co- rrompida de la “ctual sociedad. Antes de morir, por uno de esos rasgos admirables de los amigos de Dios, como aleuien de su familia, sabedora de su cercana muerte, se doliese de no tenerlo á la cabecera en aquella hora suprema, él prometió que ni ella ni los demás parientes morirían sin estar presente el tito Capuchino y así viene verificándose con rara precisión. En nuestro Convento de Sevilla conservamos varias de sus hermosas producciones literarias y es lástima que nues- tra indigencia no nos haya permitido darlas á luz. Murió en Sevilla el día 13 de Septiembre de 1820, Escri- bió su Vida el P. F. Juan Evangelista de Utrera y se publi- có on 1832, Es bastante deficiente y embarazosa.

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