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Í 2 ¿ pere pes A pi 430 CARTAS DEL Baro DrrGO0 el Señor de esta festividad y el de mi Sr, Jose y na- da más. : Estando en estos avisóel R. P. ( )Jbservante que le urgía mi respuesta, tuve que leer en un día ó po- co más lo principal de la obra, la respondí, sin apro- bar ni reprobar; sólo le decía que juzgaba ser asunto sumamente dificil lo que intentaba. En este escrito nO contradice la obligación en que estamos sub mor- tala, á guardar los preceptos de nuestra regla; confie- sa esta «bligación y protesta que no es su intención se pida dispensa de ella. Su asunto es demostrar, que la intención de nuestro P. $, Francisco no hay por donde conste ó fuere de obligación sub mortal; haciendo ver que sus mismos hijos y compañeros dudaron de esto. Y que hasta el Sr. Clemente Vo., ningún Papa dijo que obligaba en esos términos. Después hace patente las nulidades de la ( /lementina Exivi, de verborum sigmificatione. Habla con respeto, modestia y reflexión; hace patente cómo, en que tér- minos ,á instancias de quien, y los insformes si- niestros que se dieron á Su Santidad «. y me pare- Ce que trata dignamente el asunto. Y por último to do lo que pretende se reduce á que la Orden pida á la Santa Sede que declare si la mente de N. P. San Francisco fué, ó consta que lo fuese de obligar bajo la pena de pecado mortal. Hay muchas cosas á que facilmente puede respondérsele; pero otras singu- larmente lo que prueba con monumentos, autores, Capitulos Generales de la Orden ó sus determinacio nes, paréceme que no es fácil rebatir lo que dice. Es verdad que ví el papel con bastante aceleración y que no tengo los libros que cita para hace el exámen de su fidelidad en citarlos; pero supuesto esto, la juzgo obra de suma erudicióny no despreciable. Aho- ra ha bajado á Sevilla su Rvmo. P. General, y así el P. como el P. Guardián de Arcos, (que es muy há-

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