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Año 1796 427 Deseo á V. cumplida salud para entrar con ro bustez en las fuertes tareas de la santa Cuaresma. Yo sigo sin especial novedad, á Dios gracias. De, todas suertes soy siempre el mismo para servir á us- ted en lo que guste ocuparme. He predicado toda la novena vespertina de Ntra, Señora de la Paz, y además dos funciones de la mañana. En aquella, fué la idea de proponer la plenitude gracia de la Santísima Virgen, como lo expliea san Buenaventura, y por moralidad los diez mandamientos de la ley de Dios; su Majestad ha querido que hable con algún impulso y eficacia, y que no me haya cansado mucho, ni experimentado quebrantos notables en las fuerzas. Aun no sé si me detendré aquí la Cuaresma. Hay empeño para que predique los domingos por la tarde; hoy escribo á nuestro P. Provincial y aguardo su respuesta, Las tareas de la pluma se aumentan cada día, tengo cinco ó seis entre manos que me llaman mu- cho la atención á su despacho; son más, pero éstos son los más urgentes. Entre estos cuantos escritos del R, P. Observante sobre la inteligencia de nues- tra sagrada regla. A V. dijeron que era un ( 'apuchino y no esasí; es un P. Observante de la provincia de Sevilla, con grandes créditos de sabio. Este me escri- bió días pasados y enviándome sus escritos me pide le dé por escrito mi parecer (1). Lo avisé á nuestro P. Provincial y me respondió aconsejándome el modo como convenía tratar con (1) En el Convento de Capuchinos de Sevilla se conser van dichos escritos que forman cuarenta y seis hojas. El Bto. siguiendo el dictamen del P. Provin: ial contestó con evasivas; pero como tomáse pié de ello el P. Observante pa- ra sostener sus opiniones, el P. Cádiz volvió á escribirle en la forma enérgica que indica su carta 24 de Mayo de aquel mismo año.
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