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410 CARTAS DEL BrATOo DiEGO que se dan para los enfermos. He respondido lo pre- ciso para el pronto, y voy á extender esta respuesta con método para que se imprima y se corte el daño que esto ha producido (1). No me ha causado la más leve alteración, á Dios gracias. El impresor de Madrid que ha pensado en esa edición, me lo avisa después de publicada, incluyén- dome ese impreso. Le he respondido proponiéndole un mejor método, y ofreciéndole materiales hasta seis tomos en cuarto, ó cuatro en folio: dígame V. si se ha de poner la Pastoral del Rvmo. P. General de S. Juan de Dios como añadida en algún tomo, sin decir que sea mía, para completar el volumen. Deseo á V. cumplida salud en medio de la tarea en que ya estará; yo sigo bueno, á Dios gracias y siempre de corazón de V, para lo que ocurra man- darme; déme V. la bendición y sus oraciones, mien- tras ruego á Ntro. Señor me guarde su vida muchos años, en su santo amor y gracia, De V. su afectísimo menor hijo y siervo que más en Jesucristo lo ama y S. P. B. Fr. Dreco Josá DE CÁDIZ. A mi venerado abuelo y bendita hermana miles cosas mías y del P. Otura. y de éste y del otro com- pañero para V. Mi P. y Sr. D. Juan José Alcover. (1) Efectivamente, escribió tres largas cartas, una des- de el Ferrol, otra desde Salamanca y la tercera desde Ronda, formando un opúsculo muy razonado de 222 páginas, pro- bando de una manera evidente la licitud de las cedulillas y el uso en que las empleaba. Esto, aparte los milagros obra- dos con ellas, como prueba fehaciente de ser Dios quien le inspiraba tan plausible devoción. —Conservamos como oro en paño más de mil de dichas cedulillas,