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Año 1786 141 nado su Majestad de concedernos un fruto colmadí- simo; el que se ha hecho más visible desde el día ocho en que fué la retirada (1) que avisé á V. en mi anterior; sus efectos no caben en uva carta; baste decir que fué necesario llevar el santo Oleo para dos Ó tres hombres que se accidentaron de la impresión que esto les hizo, más ninguno murió; dijeron ha- bían malparido dos embarazadas; pero se averiguó por el médico la causa y se halló haber sido otra dis- tinta. Desde entonces se advierte una reforma ge- neral y tal conmoción, que no bastan los confesores de Ecija para despachar á los que piden confesión. Bendito el Señor por tod. Echamos la voz (verda- dera) de que yo pensaba irme del pueblo, y para de- tenerme, vino la Comunidad de los PP. Carmelitas Calzados con la imagen de nuestra Señora á dete- nerme; y la ciudad en Diputación con sus dos jue- ces, Corregidor y Alcalde mayor. Es mucho lo que á Dios gracias se ha conseguido. (2) Aquí también el Ayuntamiento me ha hecho Regidor de preemi- nencia. dándome la posesión en una procesión ge- neral. De aquí voy á la misión de Vélez y creo que el día de la Ascensión podré tenerlo en Málaga. Doy á V. las gracias por la respuesta á la consulta de 1) Esta retirada consistió en bajarse del púlpito sin concluirel sermón dejando aterrorizado al auditorio y tan consternado que causó los efectos que dice en su carta. Hay una relación sobre todo lo ocurrido impresa en la Vida del Beato, y por eso no damos otros detalles, (2) ¡Dichosa Ecija, cuando así hablaba de ella el gran apóstol de Andalucía! Si hoy volviese nuevamente á la vida, si otra vez predicase en sue templos suntuosos, y los viera desiertos, si escuchase las horribles blasfemias que se pro- fieren impunemente en sus calles, en sus casas y en gus campos, si notase la glacial indiferencia de aquel pueblo tan fervoroso entonces, ¡cuán de otro modo se expresaría/