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132 CARTAS DEL BeaTo DiEGO las luego que yo llegue á Sevilla, porque así se lo tiene asegurado mi Prelado. ¿Qué quiere V. que yo haga en un lance tan estrecho, no pudiendo excu- sarme sin escándalo y grave desazón entre una y otra familia, y sin que mi P. Provincial me culpe y me precise á cumplir lo prometido? Cabe ya otra co- sa, ni se admitirán excusas? Póngase V. en mi lu- gar y verá que no tengo yo arbitrios para separar- me de lo prometido. Esto le será á V. más patente si se persuade que el informe que le han dado del difunto y en la suya me refiere, es enteramente ajeno de toda verdad. Lo es que no tuvo director porque me consta con evidencia que lo fué mientras vivió el P. Maestro González, que en paz descanse, y después de la muerte de éste lo ha sido Don Pascual «., monje ba- silio, y sujeto por sus años, letras y virtud de los primeros de Sevilla; lo es que no tuvo contradiccio- nes, pues las tuyo (1) y fue en varias ocasiones aja- do y vilipendiado sin motivo, Fué observantísimo de sus leyes, humildísimo, de corazón mansísimo y qlieto, en extremo caritativo, celoso de la observan- cia regular, penitentísimo sobre toda ponderación, dado todo á la oración en que gastaba once ó más horas cada «ía; llegó á la unión con Dios y casi al estado de transformación (decía el P. M. González) tuyo tanto empeño en esconderse y ocultar sus ejercicios y sus favores, que apenas se puede encon- trar quien diga algo de su vida. Vaya sólo este caso por el que puede V. inferir algo de su espíritu. Aca- bando de ser prior en la casa grande de Sevilla, ha- ce ya ocho años, llegó allí el que lo es ahora y dán- dole la ag" ma le añadió: «Me he alegrado mucho que V. P. M. R. venga á ser prior por varios (1) El original dice suyo. Creemos es equivocación, y debe decir tuvo.
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