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Año 1785 121 yo manaña los diez días de ejercicios que acostum- bramos hacer en el adviento; me gobierno por nues- tro Capuchino retirado, como V. sabe, y le pido su santa bendición para continuarlos y concluirlos, Estas nietas de V. sele ofrecen con el mayor re- conocimiento y voluntad. A Espíritu Santo no he ido á oirla porque me avisó se hallaba en cama, que cuando pudiese bajar al confesonario me loavisaría igualmente. Ayer recibí el adjunto de san Miguel por lo que verá V. lo que padece esta infeliz. La M. Jose- fa se halla algo más agravada de sus males; no me ha dado aun por escrito lo que V. quiere saber de mi hermana, ni me lo ha dicho de palabra; solo me ha dicho que mi tía su hermana de V. estaba dete- nida, parece que porque no la ayudan. La M. Te- rán sigue bien, y la M. Hoppe con conversación con el enemigo que con mil tonterias le quita el tiem- po. Mucho le prediqué la otra tarde, y si no se en- mienda tengo pensado darle un susto, para que vuelva sobre sí. Yo sigo bien mi convalecencia, ben- dito Dios, pero de los frecuentes incendios de la ca- beza se ha descompnesto tanto la muela lastimada, que ha sido necesario echarla fuera y para este efecto viene hoy un religioso de Ntro. P. santo Do- mingo que dicen tiene especial habilidad. Dios ha- ga en mi su santísima voluntad. Siá V.le quedan algunas estampas del santo tío Martir, envíeme media docena porque se me han acabado y vienen algunas pobres con zaratanes que es una compasión, Cuidado, P. mío, con las cosas que pedía V, que no haya peste, ni castigos, sino fuego del cielo para la conversión de todos. A los señores Condes mis expresiones; mándeme V. cuanto guste y encomién- deme á nuestro Señor á quien pido me guarde su 16