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118 CARTAS DEL BEATO DIEGO sado; no podré más que decir á Y. espero en Dios que para mediados de Octubre, estaré sin falta en Málaga, donde me prometo la felicidad de ponerme á los piés de V. y recibir su bendición con sus san- tos documentos, para lo que entonces sabrá de mis caminatas, Ahora vuelvo prontamente á Cádiz; sin descan- sar un solo día á evacuar lo que no quiso Dios se hiciese la semana pasada. Su Majestad cumpla en mí santísima voluntad. No puedo más P. mío, mande V. lo que guste, déme su bendición y encomiéndeme á Dios, á quien pido me guarde su yida muchos años en su santo amor y gracia. . De V. su afectísimo menor hijo, y siervo que más en Dios lo ama y $. P. B. Fr. Dreco José px CÁpiz. Padre y Sr. D. Juan José Alcover. T J. M. y J. (1) Ronda 16 de Octubre del 85. Amadísimo y venerado P. mío en el Señor: éste sea siempre con nosotros, Recibo la muy apreciable de V, del nueve del corriente á que correspondo, agradeciéndole la sin- Diego de Cádiz no sabe jamás decir una palabra que redun- de en su honor, y si la dice es de ta] manera que le quita todo lo que tiene de brillo y halagíieño para el an:or propio. Di- cho sea de paso, la capilla donde tuyo el éxtasis existe casi intacta, sirviendo hoy de almacén de trastos viejos, sin que hayamos padido rescatarla apesar de los extremad::s esfuer- z08 que hemos hecho. ¡Tendremos paciencia! (1) También el original de esta Carta se conserva en la Celda que habitó en Sevilla,

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