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Año 1785 117 son un viento abrasador para su modo de pensar de V.; pero. Dios le ha dado bastante humor para que no lo desequen ni acaloren esos aires. Estas nietas agradecen á V. y le devuelven sus expresiones, «.; délas V. mías á mi venerado abue- lo y mi hermana, d.; escribo poco porque la cabeza se halla endeble; de todas suertes, soy de corazón de V. para cuanto quiera mandarme; le pido sus ora- ciones y su santa bendición, y á Dios que me guar- de su vida muchos años en su santo amor y gracia. De V. su afectísimo menor hijo que más en Dios le ama y $. P. B. Fr. DreGo Jos Dx CÁDIZ. Mi P. y Sr. D. Juan José Alcoyer. + MJ Sevilla 24 de Septiembre del 85, Amadísimo y venerado P. mío en el Señor: éste sea siempre con nosotros. Amén He recibido aquí, con singular consuelo mío, las tres muy apreciadas de V.; pero por hallarme tan atareado, que ayer, hoy y mañana tengo que predicar por las mañanas y las tardes, para con- cluirla novena que empecé el día diez y siete, el mismo (1) en que llegué aquí de Cádiz no poco can- 1) Efectivamente, el diez y siete por la mañana llegó el Beato Diego al Convento yendo andando desde Puebla, Cuando entró eran cerca de las diez, hora en que celebraban en la iglesia una solemne función á san Lorenzo de Brindis y á lus Llagas de Ntro. Padre. Para evitar trastornos y no per- cibir ruido, dijo el santo sacrificio de la misa en la capilla de la enfermería, y allí durante la celebración tuvo un éxta sis apareciéndosele el Niño Jesús, y no falta quien afirme que aquel día memorable participó de las gracias de las Lla gas de san Francisco. Nada de esto dice el Beato en esta lacónica carta, Ni es de extrañar; porque el humilde Fray

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