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84 CARTAS DEL BrEATO DIEGO cosas; una es que decía: Que Jesucristo nuestro Se- ñor sufrió la sugestión del común enemig( en el de- sierto, de.; lo que dice es confuso para los menos en- tendidos, y que haya de ponerse: Quiso sufrir la tentación del enemigo. No tengo á lo mano la cen- sura; si puedo hallarla irá con ésta para que V. se confirme en que todas mis cosas es necesario mirar- las con anteojos de aumento, El del P. Muestro Gon- zalez casi le ha sucedido en Cádiz lo mismo, mas ya se está allí imprimiendo; para el primero hice mi memorial, conformándome con el dictamen de mi censor, y ya me avisan se empezará su impresión pasadas Pascuas, V. nada me ha dicho del de los Señores Infantes, y no sé por qué he oido que lo están imprimiendo aquí. Antier concluí los ocho días de ejercicicios á los eclesiásticos, de los que podrá informar á V. el Pa- dre Porro, Provincial de los Padres Clérigos Meno- res, pues yo no sé cómo han salido. Dios tenga mise- ricordia de mí: mañana predico en unas Religiosas del misterio de hoy, y pasado salgo para Villalba, á dar satisfacción á los Señores nuestros Síndicos, por quienes se empeñó nuestro P. Sevilla el verano, y porlo que V. sabe no pude servirlos; pero pronto volveré, para que el día después de Reyes nos va- yamos con este Sr. Excelentísimo á Jerez. Qué precioso viene, P. mío, el Capítulo de Flo rencia en la Gaceta. Este Sr. Arzobispo dice que es delatable, y que no sabe cómo corre esto por acá. Dios nos favorezca. Las noticias que vienen de la enferma de Ronda no son muy favorables; yo estoy persuadido que, después de gastar lo poco que tienen, se la llevará Dios para que á la otra pobre no le quede aun ese escaso alivio; como es casi nada lo que tíene, y se va empeñando demasiado, no obstante el buen régimen

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