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Sr 193 Les gión que sigue, porque es extranjero) Alborotóse todo el concurso que se cree pasaría de 20,000 al- mas, v se principiaron á amotinar, porque ya en otra tarde había atravesado con violencia por medio del coricurso, de que resultaron algunas desgracias y estuvo muy inmediato á un levantamiento, en que hubieran sucedido mil desgracias, porque estaba tambien alguna tropa sobre las armas. Yo. me so- bresalté infinito; mas el Señor me dió esfuerzo pa- ra poder contener el Pueblo, que á mis voces se contuvo, y lo dejaron pasar francamente. Lo grave de este suceso no cabe en relación; solo viéndolo puede hacerse juício de lagrande mi- sericordia de Diosen que no hubiéramos perecido entonces. Yo creo, y otros son del mismo dictamen, que era la tarde del castigo de Málaga, y que este era gladíus uniuscujusque adversus proximum «sum. Desahogaron todos su ardor en gritar á toda fuer- za, viva la fé de Jesucristo! viva la Santa Iglesia! viva la palabra: de Dios! etc., y el pobre general se llevó un sin número de maldiciones. En esta tarde, al concluir la Plática, dije al Pue- blo: que yo salía por su fiador delante de Dios, que me cargaba de todos sus pecados, para que su Ma- jestad en mí y no en ellos los castigase, con tal que me diesen palabra de vivir bien, etc. Se enterne- cieron con esto, y con elacto de contrición que hi- ce con una imagen de bulto de María Santísima Nuestra Señora. De este conjunto de cosas, ya unas ya, otras, especialmente las dos referidas del núme- ro de pecados, y de cargarme yo con los de todos, ha sido después fuerte la congoja, angustia y cai- miento de mi ánimo: si había mentido en lo pri- mero; si era temeridad lo segundo. No es decible Padre mío, lo que sobre esto ha ocurrido. Me ha 25