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— 189 — cer de tu Padre y mi hijo. Lo quiere mucho el que lo regala. Adiós, hijo mio, adiós, adiós, que va á dar la una de la noche. Tal ando. Tu afectísimo en Fesucristo, ca > e c $ o o JT. za NICO da ver Sonza lez, P. D. La enfermita ma va á la eternidad, si no hay milagro: ruega por ella. Prudencia en la mortifi- cación y Dios te dé paciencia para entender ésta, por- que cada día escribo peor. NOTAS Hasta en las cartas más insignificantes se ve el dón de dirección que tenía este varón santo, y lo que miraba y se interesaba por su dirigido. Si se manifiesta grande en la del 9 de Enero hablando al alma de su hijo espiritual, aquí se muestra más padre todavía, mirando por la salud de su cuerpo, y prohibiéndole tantos trabajos y peniten- cias como abraza el agigantado espíritu del Beato Diego; pero todo movido por la luz profética con que ve el cami- no que tiene aún que recorrer el Apóstol del siglo en más de 20 años que le restaban de vida. Así no era extraño que sus palabras produjeran en el ánimo del Beato Diego los admirables efectos que él ñarra en la que sigue: me y . » ) Je O us

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