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NOTAS Aturdido y ensimismado me dejan algunas veces las cartas de este varón de Dios. Qué luces tan especiales pa ra dirigir! Qué penetración para ver lo que es perfecto y lo que se desvía de la perfección! ¿Quién había de pensar que el desahogo que tuvo el Santo Fr. Diego, con el Obis- po auxiliar de Sevilla, comuni :ándole lv que él mismo dice en la página 167 fuera cosa imperfecta? Y sin embar- go á los ojos de su Padre espiritual fué aquello tan repren. sible, que lo anonada dulcemente en esta carta. Un agujerito del tamaño de nn grano de arroz que se abra en un tonel, es cosa insignificante; pero como no se tape pronto, tudo el líquido que contenga se saldrá por allí. Un decímetro de desviación lineal en el rumbo de un buque es nada al principio; pero como no se corrija pronto, el barco perderá el rumbo, surcará inútilmente los mares y no llegará al puerto donde iba. Estos símiles sir- ven para explicar el daño que un defecto casi impercep- tible puede causar en un alma llena de Dios y llamada á grande santidad. El Padre González sabía como na- die la santidad á que estabu llamado el Beato Diego; lo que podía impedírsela el temor excesivo de su humil- de corazón, que buscaba consuelo y apoyo en las criatu- ras, cuando solo había de buscarlo en Dios y en el cum- plimiento de su ministerio apostólico; y por'eso lo repren- de y anima con frases tan celestiales, que dudo se encuen- tren otras semejantes en vingún epistolario: Fr, Diego! Fr. Diego! ¿que temiste? que te expatriaran? que te quema- ran vivo? Y qué? ¿Cuándo más feliz? Si Dios quiere que yo pierda la honra, el ministerio y la vida, ¿para qué quie- ro, lo que quiere que pierda El que todo lo perdió por amar- me á mí? Esto y todo lo que sigue es soberanamente per- fecto y santo. Bendito sea el Señor que dió al Beato Diego un guía tan santo, de cuyas luces y doctrinas nos podemos aprovechar, haciendo nuestros los sentimientos de aque- lla grande alma. * : ; Cuando esta carta salió para Ronda, se cruzó con otra del Beato en la que daba cuenta á su Padre del nuevo plan que iba a seguir en sus tareas apostólicas. 23