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Sevilla Enero 9 de 1779 J. M. y J. Sean en nuestras almas. Amén. Mi amado hijo Fr. Diego; dos he recibido, una, desde Ecija 1.2 de Dicre mbre, otra de Málaga, 29; yá una y otra qué respuesta he de dar, que no sea repetir que tú siempre tú, y Dios siempre para tí Dios. Los efectos de la re solirión tomada en el sermón último de la ciudad, esto es, el argumento, la división, las prue- bas, la oportunidad, los «símales y. ejemplos, aunque no fué tuyo, coma nada lo es, puede serlo en parte. ¿Pero fué tuyo, ó pudo serlo, elaride el furor sacro, la po sencta de espíritu, conque todo poseído de celo le recon- ventstest ¿Lo fué 6 pudo ser el frenesí 6 locura evangé- lica conque manejastes el Crucifijo y su destrozo? Y, después de haberse el Señor insmmuado en tu MISCYIA, para que contenida fuese toda suya la poderosa drid de su divina palabra, para aturdirlos, confundirlos y resolverlos á dar útil destino al profano coliseo, y á otros saludables frutos de bendición; y de spués, digo, de este tonvencimiento de que con Dios todo lo puedes, ¿qué hi- JAR TAN Y » J e)