BCCPAM000535-7-08000000000000
71 Dios á mirar por su honor en el mío con evidente prodigio de dármelo todo, para que alabasen su nombre y viesen su obra las casi innumerables gentes que concurrieron á oirle. Las resultas me hacen temer, se pegó á ello mi corazón con ocul- ta soberbia, porque saliendo para Velez el siguien- te día, tuve allí un tropel de torpísimas tentaciones, que, sobre derribar mi brutal elación, me pusieron en la mayor congoja y no sé si ruina. Creo me asis- tió el Señor; mas como esto es por entonces tan obscuro, temo si en algo le ofendí. Prediqué allí la novena de Animas en tono ó método de misión y fué locura el alboroto de la Ciudad y de los lugaritos comarcanos en traer en- fermos, ciegos, baldados.etc., á que los curase. Pe- ro yo, siempre yo, metido en mi cieno, solo acer- taba á afrentarme de no poder hacer aquellos mila- gros: llegó á términos que fué necesario viniesen cuatro soldados la última tarde. Acabé allí, llegué á esta, y aquí sigo lleno de miserias, no siendo la inferior el irme llenando de la especie de pensar pa- ra conmigo que soy algo en este mundo: qué error! El interior anda algo fácil en tener á Dios pre- sente, y sensible frecuentemente para con los pró- jimos, bien que con unos furores tan fuertes para predicar amenazas, castigos, 'etc., que mé cuesta trabajo sujetarme en los Púlpitos, porque siguen algunos desórdenes en el Pueblo que me son muy sensibles. Ha sido forzoso usar de Pán bendito pa- ra los enfermos, porque claman muchos, y no hay cédulas, y cruces para todos. Padre Fernández me lo tenía prohibido, mas en Velez hube de recu- rrir al Prelado, para que dijese si había de bendecir- lo, y con su orden se hizo: espero me diga usted, cuando pueda responder, si siguiré en darlo ó no.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz