BCCPAM000535-7-08000000000000
— 169 — NOTAS En esta carta cuenta el apostólico varón con suma modestia, lo que aconteció en el sermón que predicó al municipio ecijano en su sala capitular 4 puerta cerrada. En aquel ¿ruit in me spiritus irae furoris Domini, y en aquel furioso golpe con el pié de la cruz sobre la mesa, saltando el Crucifijo en pedazos, que van á parar á los piés de los asombrados capitulares; en todo esto me pa- rece el Beato Diego un nuevo Moisés que, ébrio de furor divino, tira las tablas de la ley escritas por el dedo de Dios al ver endurecido en la maldad el pueblo infiel, que no merecía ser gobernado por leyes tan divinas. Atónitos y pasmados los Capitulares con lo que esta- ban presenciando, y sorprendidos con la huída del Pa- dre, al volver en sí de la sorpresa, se perdonan, se abra- zan, se reconcilían y la paz se extiende por la ciudad, y se restablece la unión y concordia de que antes carecían con gravísimo daño de los intereses materiales y espiri- tuales de la ciudad. Se desiste por común acuerdo de lle- var adelante las obras del teatro; se gasta lo destinado para él en hospitales, asilos y escuelas pobres, y sigue á estas determinaciones del Municipio una reforma gene- ral en las costumbres del Pueblo. Reunidos por hábil estatuario los pedazos en que sal- tó el Crucifijo, una comisión del Ayuntamiento fué á de- volverlo al santo Misionero, el cual lo donó al Municipio para que presidiera sus sesiones: éste le hizo una solemne función de deságravio y lo colocó bajo dosel en la sala Capitular, donde estuvo tenido en gran veneración como preciosa reliquia hasta la revolución del sesenta y ocho en que una mano, no sábemos si piadosa ó sacrílega, lo arrancó de allí, sin que se haya sabido más su paradero, según nos escriben de aquella ciudad. Téngase presente que el Beato Diego volvió á predi- car Otra misión en Ecija el año 1786, y- en esta segunda, 22
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz