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— 168 — salud parece buena, pues nada me molesta. En pa- rando veremos lo que resulta. Sea lo que el Señor quisiere. Doy á usted los días del Señor San Francisco Javier, que deseo sean como usted los puede ape- tecer; y le incluyo esas dos cruces del moral que hay aquí en su convento de usted, de un báculo del santo Patriarca que lo dió, profetizando que donde lo pusiesen nacería, Ó se haría un árbol, y que con el tiempo se fundaría allí un convento de su Orden, como hoy se ve. Esta va larguísima y no quiero molestar á usted más. Me alegraré se alivie el señor don Nicolás, y que en todo se cumpla la voluntad de Dios. Usted, Padre de mi alma, no se olvide de mis miserias, ni de encomendarme á Dios, á quien in- cesantemente pido me guarde á usted muchos años en su santo amor y gracia. Besa la mano de usted su más indigno y menor hijo que en Dios lo ama y venera. Sz. Diego 4. de Cádiz.