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— 137 — Mi enferma sigue sin alwrio, y ahora llazada cer- ca de cuatro meses, purificándose aquel Angel del Se- ñor. St en el árbol verde se hace esto...cuanto tengo que temer! Ruega por lo que le convenga á ella y á su her- mana. Los Excmos. Duques llegaron aquí el 29. Dijome Raya que la grave enfermedad de una religiosa te lle vó á Málaga. Si es la M. Zayas y vive, que no se ol- vide de mí. Aqui dicen que vienes este mes á resolver el estado de la sobrina del P. Eusebio; y que haces en Ecija y Jerez misión. Como nada me dices, respondo que nada sé; ¿qué hay en esto? Puedes, cuando quieras escribir, dirigir por el correo la carta. Qué más? Que ames mucho al Amabilisóno, que seas todo, todo suyoy le sirvas en lo que quiera, como y cuando quiera servir se de tí: y que ames el bien de mi alma. Adiós mu Fray Diego! Adiós, hijo mio! Adiós! Tu afectísimo P. q”. a” Ñ Cc e 3 ”0o $z. Srancioco Javier Gonzalez. P.D. Tiempo ha que no sé de tu P. Fernández. 18