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JM. L Sevilla, Septiembre 1 de 78. Mi Fr. Diego, Amadísimo Hijo mio en fesucristo. Este señornos dé mucho amor para que le sirvamos. Amén. Una tuya de 20 de Fulio, escrita en Priego, y otra de 21 de Agosto en Málaga recibí, por la Marquesa aquélla, y ésta por la Condesa; y aunque muchas veces he resuelto responderlas, porque es más que lo que pue- des pensar mi deseo de tratarte y servirte, unas por no resolverme, y las más por que sé yo, no lo he hecho. Lo cierto es, que como desearia que fuesen mis cartas de puro fuego, para que consumiesen esa tibieza de lu ruin, apocado corazón, no siempre estoy para escribir, porque no siempre me hallo movido para ello, aunque nunca me falta el vwvisimo deseo de que seas el que Dios quiere. Que te resuelvas á emprender con viva fé y gene- rosísima resolución, dejado todo, todo, todo, al Omn:- potentísimo tu reformación y la del mundo entero, st se te proporciona ó te proporciona la obediencia ocasión: que el ecce ego mitte me nunca falte de lu corazón, y al mismo tiempo que nunca se oiga de tu boca: quiero decir, y lo digoen nombre de Dios; nunca pretendas, nunca hables, nunca pidas esta ó aquella Misión, aun- que te parezca que podrá ser útil, porque en nada has de mezclar tu querer. Déjate sin reserva alguna en el divino beneplácito: enviete el que sabe cuando y á don- de te ha de enviar: al débil, improporcionado y ruiní- simo instrumento no le toca moverse, sino dejarse mover; y por tanto, luego que sientas el más leve apetito de ir