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183 ¿Cómo te prepararás, preguntas? Como te he dicho siempre. Abismándote en él de tu nada. y enel profun- disimo de los juicios de Dios. No escudriñes por qué á ti y no á otros muchos siervos suyos te elteió para ins- trumento de su gloria. Conoce que en tu improporcion está la mayor proporcion, para que resulte su ( mntpo- tente virtud, y gózate en que así sea. Sialeuna vez te hallas inspirado á remediar los males ó necesidades que padecen los prójimos, si tu fé fuera como el grano de mostaza, la fé te dice que no habrá criatura, que á su virtud poderosa se resista. Obra con fé, y obrarás lo que creas que obra quien para que obres te la da. No ya tú, si no el Omnipotente en tí obre, cuando inspira- do vayas á obrar. Dios quiere que el mundo lo conozca, lo venere, lo ame, y para solo este finenvió al mundo á su Unigénito. El mundo, no lo conoció, no le siruró, lo persiguió, lo deshonró, lo crucificó; pero este crucificado, deshonrado y perseguido, triunfó del mundo; y exaltó sobre sus potestades la gloria de su Padre, y cumplió plenamente el fin de su mision. El mundo está olvidado de su fé, y de la grandeza del Señor. El mundo contra- dice, y quiere con su infernal ilustracion destruir las máximas del Evangelio, y el espiritu del cristanismo. ¿Y qué harás tú destinado á sostenerlo, si te acobardas y desanimas? Nol hajo de mi corazon! no, Fr. 1 lego mio! Alréntate, y déjate todo, todo, todo á la interior imsptra- cion que se te da, y anonadado, sométete sín reserva al- guna al divino beneplácito. Pelea las batallas del Se- ñor y preséntate en el campo que te señale. Por ahora no me parece es tiempo de la decisiva; lo será cuando te se mande. Ahora, luego que recobres tu salud, te man- dará el Señor á donde convenga. Tu no hagas empeño por ir aquí $ allí á hacer mision: hazla donde te man- den con indiferencia; déjate conducir con suavidad de los movimientos que te imprima la voz del Señor, 0 ex- 16

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