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pasiones, cuánta desidia, cuánta maldad, cuánto, cuánto descubrirás en la tuya, cuando apartas, dije mal, quieres con ansia no tuya, remediar esto mismo en las ajenas! ¿Podrás negar las malignas, torpísimas exhalaciones, que arroja de sí tu rebelde concupiscen- cia? ¿No sientes la furia con que te ejercita en el con- fesonario y trato de prójimos tu irascible apetito? ¿ Quién te lo enfrena? ¿Quién te preserva de la. peste y podre que manejas en la curación de tantos infestados de la carnal casí universal enfermedad? ¿Qué no ha hecho Dios contigo, indignisimo, ingratísimo, dejado á tí? ¿Qué no has hecho tú con Dios Omnipotente? ¿Qué no harás, si quiere servirse de tí% Para cuando, ruín, cobarde, sin espíritu, sín fé, sín agradecimiento, sin amor, ¿para cuando el humilde, el resignado, el confiado, el podero- sístmo: ecce ego mitte me: Paratum cor meum, Deus! Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam? Si, sil Dios quiere servirse de ti ignorantísimo, y te ha traido á la Religión y al ministerio, para que armado de su Omnipotencia, sabiduría y virtud decla- res la guerra al dominante libertinaje, y oscurísíma ilustración del siglo tenebroso. El te perseguirá, te contradirá, se esforzará. en perderte, y deshonrarte. Pero, ¿quién es él, estando á tu favor Dios? Lo postra- rás, lo confundirás, y exaltarás sobre su ruina las glorias del Crucificado. y harás que recobre el espíritu del Cristianismo su abatido, casi estenuado vigor. No lo dudes! Dios quiere obrar por tí, lo que te inspira, así como ves cumplido lo que te inspiró joven seglar. El que te ha hecho lo que eres, hará lo que quiere que hagas. Lee, que para ti también quedó escrito en el Capitulo 1 de Jeremías, y ármate como él de fe, de rendimiento, de confianza, de espíritu, que si no ahora, no tardará el que lo necesites, y te se de.