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LOS SUEÑOS DE UN PEREGRINO 363 —Que no basta: que te voy á encajar los versos de otro que pide á Dios le libre de algunos fanfarrones. Que dicen: prometamos largamente. Mi boca está en mi mano, ¿Qué me cuesta hablar largo, 6 qué viviente Me estorbará ser vano? ¿A que no aciertas de quienes són? De un fraile, y de entre los frailes el más clásico en prosa y verso. ¿Y no sabes tampoco á quien los aplicaba? Pues hombre á un fanfarrón como tú. Con lo cual demostrado ya te dejo, Que tú andas lo mismo que el cangrejo. En esto ví que D. Instituto empezó á temblar espan- tado de una sombra que se acercaba. Era, según supe después, el alma de Doña Universidad Complutense, hija del Cardenal Cisneros, madre de la Biblia Políglota y religiosa franciscana, que por serlo la había asesinado villanamente la verdulera Doña Libertad; y venía á pe- dir sufragios y á tratar con el Convento un negocio de ultratumba. Ver D. Instituto aquella sombra y echar á huir co- mo un desesperado fué todo uno, y en tanto que él co- rría le gritaba D. Convento: Corra Vd. y pregone por ese mundo que los frailes son unos ignorantes, que nun- ca han sabido más que fundar universidades y colegios y fomentar en todas partes la enseñanza. D. Instituto, sin hacer caso, siguió corriendo, y yo, lo creerás, lector? yo seguí durmiendo y soñando lo que te contaré otro día.