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174 EL DOGMA FRANCISCANO declaró dogma de fe católica la Concepción Purísima de la Madre de Dios en el primer instante de su ser na- tural; los que hemos venido al. mundo después que el dogma franciscano permítaseme la expresión) fué pro- clamado dogma universal; losque disfrutamos ahora de la gloria de aquel triunfo, gozando los dulces frutos de g la paz, producida por la definición dogmática de es- te glorioso misterio, apenas podemos formarnos idea de aquella reñida lucha escolástica, ni de los titánicos es- fuerzos que hizo en su defensa la Religión Seráfi- ca, ni los combates gloriosísimos que sostuvieron sus hijos en público y en privado, con la palabra y con la pluma, en los colegios y en las universidades, en los templos y en las aulas, en el púlpito y en la cá- tedra, y donde quiera que ponía sus plantas un reli- gioso de la numerosa y dilatada familia del Seráfico de Asís. Baste con decir que, al hacer su profesión religio- sa, hacían también todos los hijos de San Francisco un voto especial de defender en todas partes, aunque fue- ra á costa de su vida, que María Santísima fué concebi- da sin mancha de pecado original; y por éso donde quiera que se presentaba un individuo de la Orden Se- ráfica con su tosco sayal y cón su nudoso cordón, allí tenía un adalid la Concepción Inmaculada de María. Pero si bien es verdad que el que no haya presen- ciado una sangrienta batalla, no puede formarse un concepto cabal del valor de los combatientes, ni de la destreza y bizarría con que pelearon, ni de la resisten- cia que opusieron al enemigo; todavía, sin embar- go, puede rastrear algo de lo que fué, dando un paseo por el campo donde se libró'el combate, y observando
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