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1492 CARIDAD Queridos Padres: en el próximo correo, Dios me- diante, salgo para esa. Pueden VV. figurarse el deseo que llevo de darles un abrazo, después de tres años y medio de dolorosa separación. Como hace tantos me- ses que no viene correo de España á causa del bloqueo, y yo por otra parte caí prisionero de los tagalos, va ya para dos años que no sé de VV. Quiera Dios que al lle- gar ahí, encuentre buenos á todos los de la familia. Y la niña le llevo un mantón de Manila, y Otras cosillas curiosas de por aquí. Llevo también mucho que contarles referente á la guerra, á mi cautiverio y ámi libertad. Esta se la debo á un fraile de San Francisco, que no he vuelto á ver más. Verán VV. como fué. Estaba yo prisionero en Taitai, donde los indios ha- cían horrores con nosotros, sobre todo con los religio- sos. A uno de éstos lo martirizaron, haciéndolo sentar sobre una b iyoneta, colocada para este fin en lo alto de un palo de telégrafo. A otros los ataban 4 un árbol, y rodeándolo de leña por todas partes, le daban fuego por mano de los otros prisioneros. El jefe tagalo me ordenó que yo incendiara la leña que rodeaba á un Pa- dre de la Orden seráfica, y me resistí: Antes morir, co- mo ese mártir (le dije que ser yo su verdugo. Una pa- liza me valieron estas palabras, amén de unos grillos á los piés, y no sé que otra cosa en los brazos, que me ataron por detrás. Así me llevaron á la cárcel, mientras los demás prisioneros seguían trabajando en las trinche- ras y fortificaciones. Al ponerse el sol oí confusa gritería seguida de nu-

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