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92 UN ALMA FEA EN UN CUERPO HERMOSO contrición había purificado su alma, y la mutación de ésta se había comunicado al cuerpo. Perdió el color, la frescura del semblante, y hasta se puso más delgada en* 3 sola una noche. Entonces era la antítesis de lo que ha- bía sido: Un alina hermosa en un cuerpo afeado. Péro hizo su confesión general, recobró la tranquilidad de con- ciencia, se entregó á la práctica de la virtud, adquirió la gracia perdida y con ella la hermosura marchitada —Hoy es la síntesis- de sus dos estados anteriores: Un ó alma hermosa en un cuerpo hermoso. "a es hora de dirigirme 4 tí, benévola lectora; si te Ya es! le di g tí, ben hallas aquí retratada de cuerpo entero, dále gracias á Dios, y sigue adelante; pero si te hallas retratada sólo de medio cuerpo, teniendo un alma fea en ún cuerpo heF- moso, procura terminar el retrato, llegando siquiera á tener un alma hermosa en un cuerpo afeado por la peniten- cia, que de cuenta de Dios corre el darte después la hermosura del cuerpo juntamente con la del alma. AAA taa