BCCPAM000535-2-16000000000000

CAPÍTULO VI OUE EXPLICA COMÓ SE DIÓ EL ASALTO Y SE GANÓ CON ÉL UN POCO DE TERRENO, QUE LUEGO SE PER- DIÓ OTRA VEZ. Los ejercicios de Inés y Flora, durante la man sión de esta última en la quinta, fueron muy pare- cidos á los que se cuentan de Virginia y Rosalía, cuando estaban más fervorosas. Se levantaban tems prano, hacían junta su oración, iban á misa y comul- gaban juntas, y juntas hacían la lectura espiritual y se paseaban por la huerta, cuando el sol se inclinaba al ocaso y había refrescado. La primera vez que bajaron á ella, se encontra- ron por casualidad con Prudencia, la criada de más confianza, y con ella tuvo Inés esta conversación in- teresante. Prudencia, tengo que confiarle á usted un se- creto, y pedirle un favor. -Señorita, V. sabe que puede mandarme. —Nó, mandarla, no; el servicio que espero de us- ted debe ser muy expontáneo. —Siempre he servido á V. con mucho gusto. -Pues, Flora y yo hemos trazado un plan de campaña, y necesitamos que V. nos ayude. Señorita, incondicionalmente.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz