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CAPITULO XXI VICTORIA DE ÍNÉS: ELIJE EL INSTITUTO DE MARÍA REPARADORA. El mes de Mayo había traído de nuevo á los mortales la alegría y los encantos de la naturaleza rejuvenecida. Por todas partes ostentaban su verdor los feraces campos de la Bética: los trigos crecidos dejaban escapar de su abultado seno las rubias aris- tas de las espigas: la fragancia de las viñas florecien- ' tes embalsamaba los campos; la nueva fruta que en z esquilmo los olivos presentaban, cubría con manchas oM 8 : 44 cenicientas el verde oscuro del arbolado; y la brisa Y agitando las flores, los pámpanos de la vid, las espi- gas del trigo, y los ramos de la verde oliva, mezcla- ba en uno los suaves perfumes de las mieses, de los A; bosques y jardines. Este mes de Mayo, llamado por antonomasia el mes de María, por haberlo dedicado la Iglesia al cul- to de la Reina del cielo, se celebra con mucha solem- nidad en toda la Andalucía, donde se cubren con artísticos ramos de flores naturales los altares de la Virgen. Apenas hay persona piadosa que se crea dispensada de ofrecer una flor, símbolo de su devo- ción y de su cariño, á la Madre del amor hermoso y de la santa esperanza; y apenas quien deje de asistir