BCCPAM000535-2-16000000000000
a rt — 151 — CAPITULO XVII De CÓMO SE ESCONDIÓ JosÉ DONDE NADIE LO PUDO HALLAR El mismo día que Inés llegó á su casa, llegó tam- bién Nicéforo de vuelta de los baños á casa de la condesa. Venía solo, sin el condesito, pero con una carta de éste para su madre. Aunque José le había escrito ya diciéndole que pensaba enviar á Nicéforo delante y detenerse él en San Sebastián unos días, la condesa sospechó que aquella detención era misterio- sa, y temió por su hijo. Hizo al criado mil preguntas y todas confirmaban su sospecha. Abrió la carta que Nicéforo le había traído, y vió que entre otras cosas le decía su hijo: «Mamá, no te apures: sé que mi ausencia te será penosa, pero un deber imperioso de conciencia me obliga 4 obrar así. No te apures ni pases cuidado por mí, pues vivo bajo la amorosa vigilancia del Padre celestial, y me acompaña un ángel como al justo To- bías. Si tardo algún tiempo en escribirte, no lo ex- trañes ni te acongojes, porque en todo caso Inés pue- de darte noticias de mí.» La venida de Nicéforo y la carta de José produ- jeron una grande alarma en la condesa, que tomó de seguida el camino y se plantó en casa de Agustín,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz